¿Por qué me pican los mosquitos?

¿Por qué me pican los mosquitos?, ¿es usted un imán de mosquitos? ¿o es usted de las personas que tienen súper poderes repelentes de mosquitos? Resulta que en verdad hay dos extremos -pero si usted es del desafortunado 20% [1] de la población a la que pican más a menudo que a los demás, probablemente ya se haya dado cuenta. Entonces, aparte de olvidar el repelente, ¿qué hacen a algunas personas más atractivas para los mosquitos que otras? Los mosquitos tienen un agudo sentido del olfato, aparentemente, y tienen una fascinación por el dióxido de carbono. Las personas que exhalan más CO2 [2] suelen ser el blanco. Eso significa que las personas más grandes y con índices metabólicos altos -o gente que ha estado ejercitándose- son más propensos. Y como si el embarazo no fuera suficientemente incómodo, esto dobla las posibilidades [3] de convertirse en cena de mosquitos. Junto al CO2, las mujeres embarazadas también emiten más calor otra cosa que los mosquitos aman. Cuando usted suda, ellos pueden oler el ácido láctico en su piel y cabello y se dirigirán hacia él. Desafortunadamente, las investigaciones han demostrado que el remedio casero de la vitamina B no funciona, así que si usted es un imán de mosquitos, tome el repelente de mosquitos y el insecticida para mantener a los ‘chupa sangre’ en raya.

INFORMACIÓN ADICIONAL: los mosquitos no nos pican porque tengan hambre. Su fuente primaria de alimento es el néctar de las plantas [3], en cambio, están buscando una proteína que necesitan para desarrollar sus huevos [3], es por eso que solo las hembras lo hacen.



[1] Why some people are mosquito magnets, Cari Nierenberg, NBC News Health, 29 May 2011. nbcnews.com/health/why-some-people-are-mosquito-magnets-1C6437380

[2] FAQs on mosquitoes, New Jersey Mosquito Biology and Control, Center for Vector Biology. rci.rutgers.edu/~insects/mosfaq.htm

[3] Effect of pregnancy on exposure to malaria mosquitoes, Steve Lindsay PhD, Juliet Ansell PhD, Colin Selman PhD, Val Cox PhD, Katie Hamilton MSc, Gijs Walraven MD, The Lancet, Volume 355, Issue 9219, 3 June 2000. sciencedirect.com/science/article/pii/S0140673600023345?np=y

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